jueves, 7 de junio de 2012

Felipe IV.

Se realizó
 en 1634, está situado en Plaza Oriente (Madrid).


De entre las tipologías de la escultura celebrativa, el 
monumento ecuestre fue el que más vivo interés suscitó durante el Barroco. Mochi desbloqueó la forma compacta y dinamizó los ritmos, pero sería Tacca con esta bellísima obra el escultor que inventaría el modelo incontestado para todo el Barroco, incluso el del Setecientos, al lograr encabritar al caballo y hacerlo andar en corveta. Para conseguir el efecto deseado Galielo será el encargado de obtener los cálculos de tan difícil equilibrio. Verdad es que no superó el ritmo tenso del lenguaje tardo manierista florentino. Se inspiró en un cuadro de Velázquez para su ejecución mientras que Martínez Montañés será el encargado de modelar la cabeza del monarca. La estatua se colocaría en uno de los patios del Palacio del Buen Retiro.
En la primera mitad del siglo XIX se reorganiza la plaza de Oriente y se colocó en un lugar preeminente esta estatua de Felipe IV, completándose con un estudiado monumento. Dos estatuas alegóricas de ancianos simbolizan a los ríos Manzanares y Jarama, ubicándose en los lados que dan al Palacio Real y al Teatro Real, respectivamente. El monumento se justifica como una exaltación del mecenazgo regio. En el pedestal se han representado dos relieves: Felipe IV imponiendo a Velázquez el hábito de Santiago -obra de Francisco Elías- y la Alegoría de la protección de Felipe IV a las Letras y a las Artes.

La Venus en el espejo.



De Velázquez, realizado en 1648 en óleo sobre lienzo, está en el Museo National Gallery de Londres.
Es la única obra conservada de Velázquez en la que aparece una mujer desnuda, aunque sabemos que pintó alguna más. Por supuesto, nadie duda de su autenticidad. Lo que sí es cierto es que apareció en un inventario en 1651 como propiedad del Marqués de Eliche, gran amante de la pintura de Velázquez y de las mujeres, por lo que se piensa que puede representar a su esposa o a una de sus amantes. Quizá por despistar, el pintor coloca el rostro del espejo difuminado para así reflejar el cuerpo desnudo de la dama que el marqués amaba. Existen numerosas referencias en la obra: Rubens, Tiziano, Giorgione e incluso Miguel Ángel. Pero el sevillano supera a todos ellos y coloca a una mujer de belleza palpable, de carne y hueso, resaltando aun más la carnación gracias al contraste con el paño azul y blanco, o el cortinaje rojo que da gran carga erótica al asunto. Posiblemente esto provocó que una sufragista inglesa acuchillara el cuadro en 1914 con siete puñaladas que apenas sí se notan. Da la sensación de que el artista ha sorprendido a Venus mientras Cupido, resignado, sostiene el espejo en el que se refleja el rostro de la belleza, aunque lo que deberíamos ver sería el cuerpo de la diosa. En cuanto a la técnica, el pintor utiliza una pincelada suelta, que produce la sensación de que entre las figuras circula aire, el famoso aire velazqueño.

Las meninas.



El autor el Velázquez en 1656, en óleo sobre lienzo. Está en el Mudeo del Prado.
Las Meninas es la obra más famosa de Velázquez. Fue pintada por el genial artista sevillano en 1656, según Antonio Palomino, fecha bastante razonable si tenemos en cuenta que la infanta Margarita nació el 12 de julio de 1651 y aparenta unos cinco años de edad. Sin embargo, Velázquez aparece con la Cruz de la Orden de Santiago en su pecho, honor que consiguió en 1659. La mayoría de los expertos coinciden en que la cruz fue pintada por el artista cuando recibió la distinción, apuntándose incluso a que fue el propio Felipe IV quien lo hizo.
La estancia en la que se desarrolla la escena sería el llamado Cuarto del Príncipe del Alcázar de Madrid, estancia que tenía una escalera al fondo y que se iluminaba por siete ventanas, aunque Velázquez sólo pinta cinco de ellas al acortar la sala. El Cuarto del Príncipe estaba decorado con pinturas mitológicas, realizadas por Martínez del Mazo copiando originales de Rubens, lienzos que se pueden contemplar al fondo de la estancia.
En la composición, el maestro nos presenta a once personas, todas ellas documentadas, excepto una. La escena está presidida por la infanta Margarita y a su lado se sitúan las meninas María Agustina Sarmiento e Isabel de Velasco. En la izquierda se encuentra Velázquez con sus pinceles, ante un enorme lienzo cuyo bastidor podemos observar. En la derecha se hallan los enanos Mari Bárbola y Nicolasillo Pertusato, este último jugando con un perro de compañía. Tras la infanta observamos a dos personajes más de su pequeña corte: doña Marcela Ulloa y el desconocido guardadamas. Reflejadas en el espejo están las regias efigies de Felipe IV y su segunda esposa, Mariana de Austria. La composición se cierra con la figura del aposentador José Nieto.
Las opiniones sobre qué pinta Velázquez son muy diversas. Soehner, con bastante acierto, considera que el pintor nos muestra una escena de la corte. La infanta Margarita llega, acompañada de su corte, al taller de Velázquez para ver como éste trabaja. Nada más llegar ha pedido agua, por lo que María Sarmiento le ofrece un búcaro con el que paliar su sed. En ese momento, el rey y la reina entran en la estancia, de ahí que algunos personajes detengan su actividad y saluden a sus majestades, como Isabel de Velasco. Esta idea de tránsito se refuerza con la presencia de la figura del aposentador al fondo, cuya misión era abrir las puertas de palacio a los reyes, vestido con capa pero sin espada ni sombrero. La pequeña infanta estaba mirando a Nicolasillo, pero se percata de la presencia de sus regios padres y mira de reojo hacia fuera del cuadro. Marcela Ulloa no se ha dado cuenta de la llegada de los reyes y continúa hablando con el aposentador, al igual que el enano, que sigue jugando con el perro.
Pero el verdadero misterio está en lo que no se ve, en el cuadro que está pintando Velázquez.
Algunos autores piensan que el pintor sevillano está haciendo un retrato del Rey y de su esposa a gran formato, por lo que los monarcas reflejan sus rostros en el espejo.
Carl Justi considera que nos encontramos ante una instantánea de la vida en palacio, una fotografía de cómo se vivía en la corte de Felipe IV.
Ángel del Campo afirma que Velázquez hace en su obra una lectura de la continuidad dinástica. Sus dos conclusiones más interesantes son las siguientes: las cabezas de los personajes de la izquierda y las manchas de los cuadros forman un círculo, símbolo de la perfección. En el centro de ese círculo encontramos el espejo con los rostros de los reyes, lo que asimila la monarquía a la perfección. Si unimos las cabezas de los diferentes personajes se forma la estructura de la constelación llamada Corona Borealis, cuya estrella central se denomina Margarita, igual que la infanta. De esta manera, la continuidad de la monarquía está en la persona de Margarita, en aquellos momentos heredera de la corona. Del Campo se basa para apoyar estas teorías en la gran erudición de Velázquez, quien contaba con una de las bibliotecas más importantes de su tiempo.
La pincelada empleada por Velázquez no puede ser más suelta, trabajando cada uno de los detalles de los vestidos y adornos a base de pinceladas empastadas, que anticipan la pintura impresionista. Predominan las tonalidades plateadas de los vestidos, al tiempo que llama nuestra atención el ritmo marcado por las notas de color rojo que se distribuyen por el lienzo: la Cruz de Santiago, los colores de la paleta de Velázquez, el búcaro, el pañuelo de la infanta y de Isabel de Velasco, para acabar en la mancha roja del traje de Nicolasillo.

Retrato de Felipe IV.



Obra de Velázquez, en 1631-1632 en National Gallery, Londres.
Felipe IV convirtió en pintor oficial a Velázquez, de veinticuatro años de edad. La relación entre ambos fue amistosa y duradera hasta tal punto que el pintor fue nombrado ujier de cámara en 1627, seguido de otros cargos, y caballero de Santiago, en 1659.
Velázquez fue el único retratista del rey y cuando, en dos ocasiones, el artista se ausentó a Italia, nadie hizo retratos del monarca. Este retrato de tamaño natural muestra al rey con bigote, con vestidos de un esplendor no usual (habitualmente llevaba colores oscuros), y con el Toisón de Oro colgado de una cadena de oro.El artista pintaba directamente sobre el lienzo, por lo que en algunas de sus obras pueden notarse alteraciones. El traje bordado está realizado con pinceladas ligeras y gran sutileza de color. Velázquez consideró que este retrato era importante, por el modo en que firmó en el papel que el mismo rey lleva en la mano derecha.

Las lanzas.



Es de Velázquez, realizado en 1635 en óleo sobre lienzo y que está en el Museo del Prado.
Obra realizada para el Salón de Reinos del madrileño Palacio del Buen Retiro, actualmente destruido; representa un episodio de la Guerra de Flandes ocurrido el 5 de junio de 1625. Tras un año de sitio por parte de las tropas españolas, la ciudad holandesa de Breda cayó rendida, lo que provocó que su gobernador, Justino de Nassau, entregara las llaves de la ciudad al vencedor, Ambrosio de Spínola. Pero Velázquez no representa una rendición normal sino que Spínola levanta al vencido para evitar una humillación del derrotado; así, el centro de la composición es la llave y los dos generales. Las tropas españolas aparecen a la derecha, tras el caballo, con sus picas ascendentes que consideradas lanzas por error dan título al cuadro. A la izquierda se sitúan los holandeses, hombres jóvenes, cuyo grupo cierra el otro caballo. Todas las figuras parecen auténticos retratos aunque no se ha podido identificar a ninguno de ellos, a excepción del posible autorretrato de Velázquez, que sería el último hombre de la derecha; al fondo aparecen las humaredas de la batalla y una vista en perspectiva de la zona de Breda. La composición está estructurada a través de dos rectángulos: uno para las figuras y otro para el paisaje. Los hombres se articulan a su vez a lo largo de un aspa en profundidad, cerrando dicho rectángulo con los caballos de los generales. La técnica pictórica que utiliza es la que se adapta a la calidad de los materiales que representa, pudiendo ser bien compacta, como en la capa de la figura de la izquierda, bien suelta, como en la banda y armadura de Spínola. Breda volvió para siempre a manos holandesas en 1639.

La fragua de Vulcano.


 Es una obra de Diego Velázquez pintada en Roma en 1630. Se encuentra en el Museo del Prado donde ingresó el 5 de agosto de 1819. La fábula de Vulcano, cuando Apolo le notició su desgracia en el adulterio de Venus con Marte; donde está Vulcano tan descolorido, y turbado, que parece que no respir.El motivo está tomado de Las metamorfosis de Ovidio, y refleja el momento en que Apolo,el dios Sol que todo lo ve, revela a Vulcano el adulterio de Venus con Marte, del que él ha sido el primero en tener noticia. El herrero Vulcano, esposo ofendido, al recibir la noticia.
En la penumbra del taller, iluminado por la chimenea y con predominio de los colores terrosos, irrumpe el dios solar irradiando luz de la cabeza y del manto anaranjado que, con el fragmento de cielo azul, animan la composición. Las sombras modelan los cuerpos, pero con una luz difusa que matiza las zonas no iluminadas, superado el tenebrismo.
 El rubio Apolo, coronado de laurel como dios de la poesía, exhibe un desnudo adolescente, de formas delicadas y carnes blancas, en apariencia frágil pero duro. Ninguna idealización, en cambio, en los cuerpos de Vulcano y los cíclopes, trabajadores curtidos por el esfuerzo lo que se refleja en las carnes apretadas y los músculos tensos, aunque detenidos, observando al dios solar. Aun tratándose de desnudos académicos, han sido reinterpretados por el estudio del natural, con modelos vivos, que han puesto también los rostros de seres corrientes.
Velázquez manchaba desigualmente en zonas con los mismos pigmentos muy diluidos, como ensuciando la superficie. Conseguía así crear el efecto de volumen y morbidez de la carne por el juego de luces y sombras.

Loa borrachos.



 Es una obra de Velazquez realizada aproximadamente en el 1629, que está en el museo del Padro (Madrid).
Fue pintada para Felipe IV entre 1628-1629, siendo pagada el 22 de julio de 1629. El artista quiso representar a Baco como el dios que obsequia al hombre con el vino, que lo libera, al menos de forma temporal, de sus problemas cotidianos, por lo que Baco se convierte en uno de los borrachos que participan en la fiesta, diferenciándose de los demás por su piel más clara. El asunto ha sido tratado como una escena realista y popular, del mismo modo que si estuviésemos ante una merienda de amigos en el campo; pLa escena puede dividirse en dos mitades: la izquierda, con la figura de Baco muy iluminada, cercana al estilo italiano inspirado en Caravaggio, y la derecha, con los borrachines, hombres de la calle que nos invitan a participar en su fiesta, con un aire muy español similar a Ribera. En esta obra, Velázquez introduce un aspecto profano a un asunto mitológico, en una tendencia que cultivará aún más en los siguientes años. or esto el título original ha sido sustituido popularmente por "Los Borrachos".

Plaza de Salamanca.


Es una plaza barroca del siglo XVIII que impresiona tanto por tamaño a quienes la visitan. La planta prácticamente cuadrada y porticada por todos sus laterales.
Su autor es Alberto Churriguera.
Fue construida en los años 1728-1755.
En ella se encuentra el Auntamiento. Sufrió diversas remodelaciones urbanísticas, hasta que poco a poco a mediados del siglo XX fue desprovista de sus jardines, quiosco de música central y urinarios públicos.

Plaza mayor de Madrid.


 Está en España.
En 1580, tras haber trasladado la corte a Madrid en 1561, Felipe II encargó el proyecto de remodelación de la plaza a Juan de Herrera, comenzándose el derribo de las «casas de manzanas» de la antigua plaza ese mismo año. La construcción del primer edificio de la nueva plaza, la Casa de la Panadería, comenzaría en 1590 a cargo de Diego Sillero, en el solar de la antigua lonja. En 1617, Felipe III, encargó la finalización de las obras a Juan Gómez de Mora, quién concluirá la plaza en 1619.
La plaza Mayor ha sufrido tres grandes incendios en su historia, el primero de ellos en 1631, encargándose el mismo Juan Gómez de Mora de las obras de reconstrucción. El segundo de los incendios ocurrió en 1670 siendo el arquitecto Tomás Román el encargado de la reconstrucción. El último de los incendios, que arrasó un tercio de la plaza, tuvo lugar en 1790, dirigiendo las labores de extinción Sabatini. Se encargó la reconstrucción a Juan de Villanueva, que rebajó la altura del caserío que rodea la plaza de cinco a tres plantas y cerró las esquinas habilitando grandes arcadas para su acceso.
En 1848, se colocó la estatua ecuestre de Felipe III en el centro de la plaza, obra de Juan de Bolonia y Pietro Tacca que data de 1616.

La incredulidad de San Tomás.



Es un cuadro pintado por Caravaggio en 1602. Fue pintado para los Giuliani. El cuadro muestra a Cristo resucitado ante sus discípulos, pero Tomás se niega a creer, por lo que Jesús le ofrece que toque sus heridas. El naturalismo típico de Caravaggio se hace presente aquí, al mostrar al santo como un incrédulo. Las luces, además, contribuyen a enfocar más la figura y a dotarla de realismo. Está en óleo sobre lienzo, del Barroco Italiano. Tambien se representa el clarosocuro.

Conversion de San Pablo.


  Realizado por Carvaggio.Claroscuro.
El cuadro trata de un joven soldado llamado Saulo montado en su caballo de camino a otra cuidad, se callo del caballo por que le dio en la cara una poderosa luz, al tiempo que una voz que era la de Jesús le preguntó que por que le seguía. Saulo se quedó ciego unos días y milagrosamente recupero la vista con los cuidados de la comunidad cristiana. Adoptó el nombre de Pablo.
La escena aparece en un retablo, por la noche y el caballo es de raza Percherón robusto y grosero.
 Los signos de divinidad son varios: el más sutil es el vacío creado en el centro de la composición, una ausencia que da a entender otro tipo de presencia, que sería la que ha derribado al joven. Por otro lado tenemos la luz irreal y masiva que ilumina de lleno a Saulo, pero no al criado. La figura inmensa del caballo parece que se viene encima de Saulo. Los ojos de Saul están cerrados, no expresa temor sino que está en éxtasis. La escena es cotidiana 

Caravaggio


 Michelangelo Merisi da Caravaggio  nacio en  Milán el  29 de septiembre de 1571. Fue un pintor italiano entre los años 1593 y 1610. Es considerado como el primer gran exponente de la pintura del Barroco. Quedó huérfano muy joven, por ello abandona su hogar para ir a Milán. Allí pasó dificultades, pero esto no le impidió el ir abriéndose paso en el campo de la pintura. Hacia 1589-1590 se traslada a Roma, aquí pasó verdaderas calamidades hasta que en 1594 entró en uno de los mejores talleres, el taller del Cavalier d´Arpino, el favorito del Vaticano. Su situación comenzó a mejorar considerablemente. El taller estaba especializado en la pintura de bodegones. Se sabe que Caravaggio permaneció unos 8 meses con el Cavalier d´Arpino, pero luego montó su propio taller. Allí siguió realizando pintura profana de pequeño formato que vendía gracias a un marchante que tenía un negocio próximo. El Cardenal del Monte ve por primera vez las obras de Caravaggio, quedando sumamente impresionado. Como consecuencia, el cardenal se convierte en el protector de Caravaggio, produciéndose así un cambio trascendental en la carrera del pintor. Entre 1595 y 1596 Caravaggio se traslada a vivir al palacio Madama, residencia del cardenal. A partir de entonces le lloverán los encargos.      No todo fue un camino de rosas en la vida de Caravaggio. Pronto las envidias de otros pintores comienzan a acecharle. Esto unido a su carácter irascible hizo que tuviera que comparecer en varios procesos. Un homicidio le obligó a huir a Génova, después volvería a Roma con el apoyo de sus protectores, pero pronto sería desterrado de la ciudad por un nuevo homicidio. A partir de entonces lleva una vida errante por diversos puntos de la geografía italiana: Nápoles, Malta, Sicilia, Mesina, Palermo. A los 37 años muere en 1610 en Porto Ercole. La vocación de San Mateo, La buena fortuna, Baco, Judith y Holofernes, Crucifixión de San Pedro, El entierro de Cristo, La muerte de la Virgen, La cabeza de Medusa, etc.

El Rapto de Proserpina, Bernini

Es un escultura realizada por Gian Lorenzo Bernini entre los años 1621 y 1622 perteneciente, por lo tanto, al Barroco. Fue encargada por Scipione Borghese, que se la cedió al Cardenal Ludovico Ludovisi en 1622, quien la llevó a su villa. Permaneció allí hasta 1908, cuando el Estado italiano la adquirió y la devolvió a la Galeria Borghese.
La estatua está realizada en marmol . Representa a Proserpina siendo raptada por Plutón , soberano de los infiernos.
Proserpina fue hija de Ceres y Júpiter, y se la describía como una joven sumamente encantadora.
 Venus, envió a su hijo Amor (Cupido) para que acertase a Plutón con una de sus flechas. Plutón surgió del volcán Etna con cuatro caballos negros y vio a Proserpina la raptó para casarse con ella y vivir juntos en el Hades, el inframundo , del que era gobernante. Así pues, Proserpina es la Reina del Inframundo.
Su madre Ceres, diosa de los cereales o la Tierra, marchó a buscarla por todos los rincones del mundo, pero no logró hallar En su desesperación Ceres detuvo enfurecida el crecimiento de frutas y verduras convirtiéndose en desierto lo que pisaba.
Preocupado, Júpiter envió a Mercurio para que mandara a Plutón que liberase a Proserpina. Éste obedeció, pero antes de dejarla ir le hizo comer  semillas de granada (un símbolo de fidelidad en el matrimonio), de forma que debía permanecer cuatro meses con él cada año en compensación. Por esta razón, en primavera cuando Ceres recibía a su hija, las cosechas brotaban y en verano florecían. En el otoño Ceres cambiaba las hojas a tonos de marrón y naranja (sus colores favoritos) como regalo para Proserpina antes de que volviese al inframundo. Durante la época en la que ésta vivía con Plutón, el mundo pasaba el invierno.

Apolo y Dafne, Bernini

Apolo y Dafne es una escultura realizada por el italiano Gian Lorenzo Bernini entre los años 1622 y 1625.Pertenece al estilo barroco. Se trata de una estatua a tamaño real de mármol, expuesta en la Galería Borghese en Roma.
Cuenta el mito de Apolo y Dafne, en el que Apolo quiso competir con Eros en el arte de lanzar flechas. Eros, molesto por la arrogancia de Apolo, decidió vengarse de él y para ello le arrojó una flecha de oro, que causaba un amor inmediato a quien heria. También hirió a la ninfa Dafne con una flecha de plomo, que causaba el rechazo amoroso. Así que cuando Apolo vio un día a Dafne, se sintió herido de amor y se lanzó en su persecución. Pero Dafne, que sufría el efecto contrario, huyó de él. Y la ninfa corrió y corrió hasta que agotada pidió ayuda a su padre, el río Peneo, el cual convirtió a Dafne en laurel. Cuando Apolo alcanzó a Dafne, ésta iniciaba la transformación: su cuerpo se cubrió de dura corteza, sus pies fueron raíces que se hincaban en el suelo y su cabello se llenó de hojas. Apolo se abrazó al árbol y se echó a llorar. Y dijo: «Puesto que no puedes ser mi mujer, serás mi árbol preferido y tus hojas, siempre verdes, coronarán las cabezas de las gentes en señal de victoria». Esta historia fue escrita por Ovidio en su poema Las metamorfosis.

miércoles, 6 de junio de 2012

Las hilanderas.


 Es un lienzo de Velázquez, que está en el Museo del Prado. Es caracterizada por pintura Barroca Española. Velázquez pintó el cuadro en 1657 para un cliente particular llamado Pedro Arce.  A principios del siglo XVIII el cuadro pasó a formar parte de las colecciones reales y luego ingresó en elMuseo del Prado. En primer plano se ve una sala con cinco mujeres (hilanderas) que preparan las lanas. Al fondo, detrás de ellas, y en una estancia que aparece más elevada, aparecen otras tres mujeres ricamente vestidas, que parecen contemplar un tapiz que representa una escena mitológica.
 La Fábula de Atenea y Aracne, en una escena del mito de Aracne que se describe en el libro sexto de Las metamorfosis de Ovidio.Una joven lidia, Aracne, que dijo de competir con la Diosa Atenea, inventora de la rueca, tejiendo el tapiz más hermoso. La escena del primer término retrataría a la joven a la derecha, vuelta de espaldas, trabajando afanosamente en su tapiz. A la izquierda, la Diosa Atenea finge ser una anciana, con falsas canas a sus sienes. Sabemos que se trata de la Diosa porque, a pesar de su aspecto envejecido, Velázquez muestra su pierna, de tersura adolescente. En el fondo, se representa el desenlace de la fábula. El tapiz confeccionado por Aracne está colgado de la pared: su tema constituye una evidente ofensa contra Palas Atenea, ya que Aracne ha representado varios de los engaños que utilizaba su padre, Zeus, para conseguir favores sexuales de mujeres y Diosas. Frente al tapiz, se aprecian dos figuras: son la diosa, ataviada con sus atributos (como el casco) y ante ella la humana rebelde, que viste un atuendo de plegados clásicos. Están colocadas de tal manera que parecen formar parte del tapiz. Otras tres damas contemplan cómo la ofendida diosa, en señal de castigo, va a transformar a la joven Aracne en araña, condenada a tejer eternamente.

Vieja friendo huevos.



 Es una obra realizada por Velázquez, en óleo sobre lienzo. El estilo es el naturalismo tenebrista, en el que las figuras aparecen en un primer plano destacando sobre el fondo oscuro, fuertemente iluminadas por un foco de luz único. Así se ilumina la mujer que da título a la obra, el niño que la acompaña, la cazuela de barro en la que fríe los huevos y una serie de enseres y utensilios de cocina que aparecen representados. Del fondo apenas si distinguimos algo más que la cesta de la pared y los objetos metálicos que cuelgan tras la protagonista.
Se trata de un tema de la vida cotidiana, con modelos que toma de la vida popular, constituyendo una de los denominados “cuadros de cocina”. Esta es una de las “recetas” que aprendió en el taller de Pacheco, su maestro sevillano. El foco de luz que ilumina la escena está muy alto, cayendo dirigida y directamente sobre las figuras, iluminándolas a modo de foco teatral.
En esta etapa temprana de su pintura empezó a romper los moldes de sus maestros, así por ejemplo el fondo de la escena no queda totalmente en penumbra y oscuro, sino que aclara ciertas zonas del mismo con más planos creados por la luz que los tenebristas típicos. También la gama cromática es más variada, ya que aunque observamos ese color mate madera.
 Las manos de la mujer son un prodigioso estudio del natural, en las que muestra la fuerza controlada de su mano izquierda que sujeta el huevo, con las rugosidades de las pieles de la ancianidad, lo mismo que las del niño, fuertes y jóvenes que sujetan el recipiente de cristal y el melón.

Velázquez.


Nació el 5 de Junio de 1599 en Sevilla y muere el 6 de Agosto de 1660 en Madrid. Fue un pintor barroco, considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y maestro de la pintura universal.

Pasó sus primeros años en Sevilla, donde desarrolló un estilo natural de iluminación tenebrista, por influencia de Caravaggio y sus seguidores. A los 24 años se trasladó a Madrid, donde fue nombrado pintor del rey Felipe IV y cuatro años después fue ascendido a pintor de cámara, por que a Felipe IV le gustó el retrato que le hizo, el cargo más importante entre los pintores de la corte. A esta labor dedicó el resto de su vida. Su trabajo consistía en pintar retratos del rey y de su familia, así como otros cuadros destinados a decorar las mansiones reales. La presencia en la corte le permitió estudiar la colección real de pintura que, junto con las enseñanzas de su primer viaje a Italia, donde conoció la pintura antigua como la de en su tiempo, fueron influencias determinantes para evolucionar a un estilo de gran luminosidad, con pinceladas rápidas y sueltas. A partir de 1631, pintó de esta forma grandes obras como La rendición de Breda. En su última década su estilo se hizo más esquemático. Este periodo se inauguró con el Retrato del papa Inocencio X, pintado en su segundo viaje a Italia, y a él pertenecen sus dos últimas obras maestras: Las Meninas y Las hilanderas.
Hizo unas 120 o 125 obras. El reconocimiento como pintor universal se produjo más tarde, hacia 1850. Alcanzó su máxima fama entre 1880 y 1920, coincidiendo con los pintores impresionistas franceses, para los que fue un referente. La parte fundamental de sus cuadros que integraban la colección real se conserva en el Museo del Prado en Madrid.

Cristo de Zurbaran y y el de Velazquez.

CRISTO DE ZURBARAN.

Realizado en 1627. Obra que fue tan admirada por sus contemporáneos que el Consejo Municipal de Sevilla le propuso que se instalara en la ciudad en 1629.
 Cristo está clavado en una burda cruz de madera. Su cara se inclina sobre el hombro derecho. El sufrimiento, insoportable, da paso a un último deseo: la Resurrección, último pensamiento hacia una vida prometida en la que el cuerpo, torturado hasta la extenuación, pero ya glorioso, lo demuestra.Igual que en La Crucifixion de Velázquez (pintado hacia 1630, más rígido y simétrico), los pies están clavados por separado. En esa época, las obras, en ocasiones monumentales, trataban de recrearse morbosamente en la crucifixión, de ahí el número de clavos y la tela que tapa la parte dela cintura hacia abajo de Cristo.

CRISTO DE VELAZQUEZ.
File:Cristo crucificado.jpg













Zurbaran.

 Nació (Fuente de Cantos7 de noviembre de 1598 – Madrid27 de agosto de 1664)
Zurbarán fue un pintor de la época barroca española. Vivió durante el siglo XVII. Su estilo se mantuvo prácticamente invariable, mientras que el de los anteriores iba evolucionando. En 1614 Pedro Díaz de Villanueva un pintor de Sevilla, le coge  como aprendiz con 16 años, durante 3 años donde conoció a Velázquez. En 1627 pintó su primera gran obra importante y firmada : la Crucifixión del oratorio de la sacristía del convento dominico sevillano de San Pablo el Real.
Su sentido de la ordenación y de la monumentalidad; el fondo oscuro de sus cuadros subraya ya entonces la presencia volumétrica de las figuras.
En 1633 hizo un bodegón con naranjas, Visión del beato Alonso Rodríguez, 1630;Apoteosis de Santo Tomás de Aquino, 1631; Santa MargaritaSanta Isabel de Portugal.
Fue a Madrid en 1634, que participo en la decoración del salón de Reinos del Buen Retiro. Durante este período, y siguiendo el ejemplo de Velázquez, renunció al tenebrismo; en el clasicismo toscano, influido a veces por los maestros venecianos, encontró un estilo acorde con sus aspiraciones. Las pinturas del retablo de la capilla de San Pedro de la catedral de Sevilla (1635-1636) permiten apreciar su evolución artística.
En 1650 pintó la Anunciación para el conde de Peñaranda; muestra aquí un nuevo estilo, en el que el uso del difuminado intenta atenuar la rigidez de las formas. En su Inmaculada Concepción niña(1656) se detecta además una clara influencia de Guido Reni. En 1658 se trasladó a Madrid, donde parece que pintó bastante, aunque su arte no pudo adaptarse al cambio general del gusto, orientado hacia el pleno barroco.

Esperanza de vida al nacer en España y numero de hijos por mujer.




NUMERO DE HIJOS POR MUJER.

Tasa de natalidad y mortalidad en España.


Natalidad: 10,66 nacimientos/1.000 habitantes 2011.
AñoTasa de natalidadPosiciónCambio PorcentualFecha de la Información
200310,08207 2003 est.
200410,12010,20 %2004 est.
200510,11980,00 %2005 est.
200610,06198-0,40 %2006 est.
20079,98194-0,80 %2007 est.
20089,87196-1,10 %2008 est.
20099,72197-1,52 %2009 est.
201010,9117912,24 %2010 est.
201110,66180-2,29 %2011 est.
Mortalidad: 8,8 muertes/1.000 habitantes 2011.
AñoTasa de mortalidadPosiciónCambio PorcentualFecha de la Información
20039,4883 2003 est.
20049,63771,58 %2004 est.
20059,63770,00 %2005 est.
20069,72750,93 %2006 est.
20079,81720,93 %2007 est.
20089,9700,92 %2008 est.
20099,99650,91 %July 2009 est.
20108,7280-12,71 %July 2010 est.
20118,8790,92 %July 2011 est.


Zonas de España más densamente pobladas.

1. Madrid 3.128.600
2. Barcelona 1.605.602
3. Valencia 805.304 

4. Sevilla 704.414
5. Zaragoza 649.181
6. Málaga 560.631
7. Murcia 416.996
8. Las Palmas 377.056
9. Palma de Mallorca 375.048
10. Bilbao 354.145.

Juicio Final.


Es un fresco realizado por Miguel Ángel, hecho para decorar el ábside de la Capilla Sixtina (Ciudad del VaticanoRoma). Miguel Ángel empezó a pintarlo 25 años después de acabar de pintar la bóveda de la capilla.
Juicio Final

En 1535, el papa Pablo III encargó a Miguel Ángel, el más fresco jamás pintado que trataría sobre el Juicio Final y que se ubicaría en la pared del altar de la Capilla Sixtina. El tema  del fresco estaba relacionado con lo que había sucedido en la Iglesia en los años precedentes: la Reforma Protestante y el saqueo de Roma. Por eso se intentaba representar a la humanidad haciendo frente a su salvación.
Cuando termino el fresco, empezaron a haber muchas críticas por representar en un sitio como ese a muchas figuras desnudas y especialmente algunas parejas que por sus posturas podían parecer comprometidas. Según algunos obispos la pintura no correspondía a la capilla sino a una taberna. Se intento destruir el fresco, pero como al Papa no le importaba las figuras desnudas no se hizo nada, pero a su muerte    se decidió poner a cada figura paños de pureza. La persona que lo hizo fue el discípulo de Miguel Ángel.
Sus colores se oponen drásticamente a la armonía cromática del clasicismo renacentista, son muy vivos y cálidos y el acabado busca intensos contrastes de luz y sombra.  Las figuras se amontonan en un torbellino, todas en primer plano, sin perspectivas ni paisajes, y todas ellas retorcidas y desequilibradas, buscan posturas inestables y forzadas, enriqueciendo el contrapposto clásico. 
Cristo. Es el epicentro de la obra. Con un enérgico y aterrador movimiento separa a los justos de los pecadores. 
Junto a Cristo está María. Temerosa, se esconde al lado de su hijo, asustada por el movimiento violento que hace. Detrás de ellos hay un destello de luz, que además porque se encuentran en el centro. Alrededor a ellos están varios santos, algunos parecen estar asustados por la acción que acaba de hacer Cristo, y otros están inquietos. Para reconocerlos, Miguel Ángel los pintó con sus característicos objetos con los que fueron mártires.
-San Pedro. Tiene en sus manos las llaves del Paraíso.
-San Pablo. Se le reconoce por su barba gris y su aspecto ceñudo.
-San Andrés. Sostiene una cruz en forma de "X", símbolo de su martirio.
-San Bartolomé. Tiene una piel en su mano ya que este mártir fue despellejado. Según la tradición, se dice que Miguel Ángel pintó su cara en la piel despellejada del mártir como signo de que él creía no merecer el Cielo.
-Santa Catalina. Usa la rueda de púas de su martirio para evitar el paso a los pecadores que intentan llegar al Cielo.
-San Sebastián. Tiene sostenidas las flechas de su martirio.
-San Lorenzo. Sostiene la parrilla de su martirio.
-San Blas. Sostiene los dos rastrillos de carda de su martirio.
Debajo de Cristo, María y los Santos se encuentra un grupo de ángeles con sus trompetas.Otros 2 ángeles sostienen el Libro de la Vida y el Libro de la Muerte, donde están los nombres de los salvos y los condenados. 
En la mitad inferior del fresco, las multitudes se dividen en 2: los que están ascendiendo al Cielo, que se encuentran al lado izquierdo y los que descienden a las tinieblas, al lado derecho.

El Vaticano.


Es una ciudad-estado, que está dentro de la cuidad de Roma, ocupa 44 hectáreas y una población de 900 habitantes.Es muy pequeño, la Basílica de San Pedro ocupa un 7% de su superficie; la Basílica y un 20% la Plaza de San Pedro y el 73% restante es la ciudad.
Basílica de San Pedro, es un templo.
La Ciudad del Vaticano alberga la Santa Sede, máxima institución de la Iglesia católica. Aunque los dos nombres, Ciudad del Vaticano y Santa Sede se utilizan a menudo como si fueran equivalentes, el primero se refiere a la Ciudad y a su territorio y el segundo se refiere a la institución que dirige la Iglesia y que tiene personalidad jurídica propia.

martes, 5 de junio de 2012

Pintura ecuestre, Felipe IV.




 Felipe IV fue hijo de Felipe III y Margarita de Austria, nace en 1605 y muere en 1665.
Fue pintado por Velázquez en 1634 y se conserva en el Museo del Prado de Madrid(España).

Velázquez había recibido el encargo de pintar una serie de cinco retratos ecuestres de la familia real que se destinarían al Salón de Reinos del palacio del Buen Retiro de Madrid (antiguo Museo del Ejército). Allí se colgaron los cuadros de Felipe III a caballo y de su esposa, la reina Margarita de Austria a caballo, el de Felipe IV a caballo y de su esposa, la reina Isabel de Francia a caballo y el del hijo de ambos, el príncipe Baltasar Carlos a caballo que al ser de un tamaño menor que los de sus padres se situó entre ellos sobre una de las puertas del salón.
La figura del rey está representada de perfil.El monarca viste una media armadura de acero pavonado (tratamiento que se da al acero para protegerlo y embellecerle), con adornos y puntas de oro, greguescos noguerados, botas de ante, banda de color carmín con las puntas flotando al viento; en su mano derecha porta la bengala del general y con la izquierda sujeta las riendas del corcel. La actitud del jinete es natural y apuesta.
El caballo es un trotón castaño, con las cuatro patas blancas, con largas crines y cola.Los caballos que pinta Velázquez en estos cuadros de retratos son una mezcla del caballofogoso y con brío y el caballo resistente y con pesadez de formas.La figura del rey está colocada en una altura, para poder así pintar la perspectiva del paisaje. A la izquierda ha pintado el tronco de un roble, árbol que era muy común en aquellos entornos, y en la lejanía y en profundidad.No falta tampoco en esta pintura el cielo velazqueño que ocupa casi la mitad del lienzo, con el azul característico y los grises.Este retrato que Velázquez hizo al rey Felipe IV es el que sirvió como modelo para el escultor toscano Pietro Tacca cuando realizó la estatua ecuestre del rey entre los años 1634 y 1640.

Palacio Real de Madrid.



El Palacio Real de Madrid es la residencia oficial del rey de España, utilizada fundamentalmente para ceremonias oficiales, ya que los Reyes viven habitualmente en el Palacio de la Zarzuela.Es el mayor palacio de Europa Occidental en cuanto a extensión, con 135.000 m² y 3.418 habitaciones. Alberga un valioso patrimonio histórico-artístico, los Stradivarius Palatinos (como un violín)y también colecciones muy relevantes de otras disciplinas artísticas como pinturaescultura y tapicería.Otra de las denominaciones empleadas para referirse al edificio es la de Palacio de Oriente. Este nombre se origina por la plaza a la que da una de las balconadas del palacio, la plaza de Oriente, en la que también se encuentra el Teatro Real.
El palacio fue levantado por orden del rey Felipe V sobre las ruinas del Real Alcázar, destruido por un incendio en 1734. Su construcción empezó en 1738, según planos del arquitecto Filippo Juvara, modificados por su discípulo Juan Bautista Sachetti. Francesco Sabatini se encargó de la conclusión del edificio, así como de obras secundarias de reforma, ampliación y decoración. Carlos III fue el primer monarca que habitó de forma continua el palacio. El último monarca que vivió en palacio de manera continua fue Alfonso XIII, aunque Manuel Azaña, presidente de la Segunda República también lo habitó.Todavía hay una sala, al lado de la Real Capilla, que se conoce por el nombre de despacho de Azaña.
El interior del palacio destaca por su riqueza artística, tanto en al uso de toda clase de materiales nobles en su construcción como a la decoración de sus salones con obras de arte de todo tipo, como las pinturas de artistas de la talla de CaravaggioVelázquezFrancisco de Goya y frescos de Corrado GiaquintoGiovanni Battista Tiepolo o Anton Raphael Mengs.Otras colecciones de gran importancia histórica y artística que se conservan en el edificio son las de la Armería Realporcelana,relojería, mobiliario y platería. Actualmente Patrimonio Nacional, organismo autónomo dependiente del Ministerio de la Presidencia, gestiona los bienes de titularidad pública puestos al servicio de la Corona, entre ellos el Palacio Real.

Fontana de trevi.


  Está en Roma (Italia). Es la mayor y ambiciosa de las fuentes barrocas. Está situada en el cruce de tres calles marcando el punto final del Aqua Virgo (en italiano Acqua Vérgine), uno de los antiguos acueductos que suministraban agua a Roma.  Esta Aqua Virgo corría por el acueducto más corto de Roma directamente hasta los Baños de Agripa y fue usada durante más de cuatrocientos años. El golpe fue la rotura de los acueductos por parte de los asediadores godos. Los romanos medievales quedaron reducidos a sacar agua de pozos contaminados y del río Tíber, que también se usaba como cloaca. La costumbre romana de construir una fuente al final de los acueductos que traían agua a la ciudad fue resucitada en el siglo XV, con el Renacimiento. En 1453, el papa Nicolás V terminó de reparar el acueducto Aqua Virgo y construyó una simple pila, diseñada por el arquitecto humanista Leon Battista Alberti, para anunciar la llegada del agua.
En 1629 el papa Urbano VIII, encontrando la fuente anterior en mal estado, pidió a Bernini que hiciera posibles renovaciones, pero el proyecto fue abandonado cuando el papa murió. La contribución duradera de Bernini fue cambiar la situación de la fuente al otro lado de la plaza para que quedase frente al Palacio del Quirinal (de forma que el papa también pudiese verla y disfrutarla). Aunque el proyecto de Bernini fue desechado en favor del de Salvi, hay muchos toques del primero en la fuente tal como fue construida. 
Los concursos se habían puesto de moda durante el Barroco para rediseñar edificios, fuentes e incluso la Plaza de España. En 1730, el papa Clemente XII organizó un concurso sobre la fuente en el que Nicola Salvi perdió, a pesar de lo cual recibió el encargo. Los trabajos empezaron en 1732 y terminaron en 1762, mucho después de la muerte de Clemente, cuando el Neptuno de Pietro Bracci fue situado en el nicho central. Las estatuas de Abundancia y Salubridad, en los dos nichos laterales fueron esculpidas por Filippo della Valle.a Fontana de Trevi fue terminada en 1762 por Giuseppe Pannini.
El telón de fondo de la fuente es el Palacio Poli, al que da una nueva fachada con un orden gigante de pilastras corintias que enlazan las dos plantas. Domando las aguas es el tema del proyecto que se extiende hacia delante, mezclando agua y roca tallada, hasta llenar la pequeña plaza. Dos tritones guían la carroza en forma de concha de Neptuno, domando sendos caballos de mar.
En el centro está sobrepuesto un arco del triunfo robustamente modelado. El nicho o exedra central enmarcando a Neptuno tiene columnas exentas para mejores luces y sombras. En los nichos flanqueando a Neptuno, Abundancia vierte agua de su urna y Salubridad sostiene una copa de la que bebe una serpiente. Encima, unos bajorrelievesilustran el origen romano de los acueductos.Los tritones y caballos proporcionan un equilibrio simétrico, con el máximo contraste en su pose y disposición.