jueves, 7 de junio de 2012

La incredulidad de San Tomás.



Es un cuadro pintado por Caravaggio en 1602. Fue pintado para los Giuliani. El cuadro muestra a Cristo resucitado ante sus discípulos, pero Tomás se niega a creer, por lo que Jesús le ofrece que toque sus heridas. El naturalismo típico de Caravaggio se hace presente aquí, al mostrar al santo como un incrédulo. Las luces, además, contribuyen a enfocar más la figura y a dotarla de realismo. Está en óleo sobre lienzo, del Barroco Italiano. Tambien se representa el clarosocuro.

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